lunes, 6 de septiembre de 2010

¿Era necesaria una nueva reforma?

Patricio Bustos

Maya Ediciones

La pregunta puede parecer retórica; sin embargo, es importante señalar que el actual proyecto de reforma no es el primero, sino el último de una larga cadena de proyectos, estudios, propuestas, planes, anexos, guías y documentos realizados tanto por el gobierno central, gobiernos locales, instituciones particulares y organismos internacionales que, a lo largo de los años, tuvieron como objetivo una mejora de la educación básica en el Ecuador.

El mayor desafío que enfrentaron los anteriores proyectos fue la falta de continuidad de los mismos, teniendo en cuenta que muchos de ellos obtuvieron importantes resultados, pero generalmente terminan cuando el financiamiento público o externo se acaba.

De la misma manera, la mayoría de proyectos se aplicaban en una o pocas instituciones educativas y con una duración de apenas pocos años, ocasionando que no puedan ser conocidas y, aun peor, aplicadas a nivel nacional.

Además, estas propuestas no podían ser evaluadas en un contexto nacional, debido a la poca continuidad de pruebas nacionales, como las pruebas APRENDO, suspendidas desde el año 2000 hasta el año 2007. Esta falta de retroalimentación impidió saber si proyectos educativos pequeños y medianos lograron una mejora significativa respecto a los demás planteles educativos.

En cuanto a las propuestas de reforma, realizadas por el Ministerio de Educación, generalmente presentaban déficits crónicos que impedían su completa implementación o peor aun, la desarticulación de una reforma integral de la educación en una miríada de proyectos, que iban desde infraestructura y equipamiento hasta capacitación de docentes y evaluaciones que, en muchos casos, se duplicaban debido a los continuos cambios de gobiernos y sobre todo de ministros de educación, causando la creación de más y más proyectos en lugar de la continuación de proyectos anteriores.

El actual proyecto de reforma curricular se logró en gran medida al inusual y extenso periodo del ex ministro de educación, Raúl Vallejo, quien estuvo frente a esta cartera de estado, así como a la visión del actual gobierno de continuar en la misma línea de recuperar la rectoría en materia de educación.

Estas causas permitieron que la actual reforma curricular sea mucho más coherente, extensa y detallada en comparación con reformas pasadas, no solamente desde el punto de vista macro curricular, sino desde una extensa explicación de precisiones para aplicar el nuevo currículo, e igualmente importante con elementos claros y medibles de evaluación de desempeño.

Resta ver los resultados de la nueva reforma, cuando esta se aplique en las instituciones educativas, ya que para poder evaluar una propuesta educativa es necesario que al menos un grupo de alumnos culmine el proceso; es decir, resta un tiempo de al menos diez años en los cuales deberá mantenerse la actual reforma con un presupuesto adecuado, una completa capacitación a los maestros y las maestras y el compromiso político para asegurar su continuidad en caso de que ocurra un cambio de gobierno.

El desafío recién empieza, ya que el proyecto es solo la parte inicial y la más sencilla de la verdadera reforma educativa que puede tener sus logros así como sus falencias, pero que era necesaria desde hace mucho tiempo atrás.


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